Resumen
En este artículo se ofrece una reflexión acerca de la calidad de la investigación en el ámbito de la educación superior. El objetivo principal es cuestionar los criterios de medición actualmente empleados, que provienen del sector empresarial e industrial, ya que resultan insuficientes y reduccionistas. Esto se observa, por ejemplo, en los indicadores impuestos por entes estatales, las métricas sobre el número de publicaciones y el concepto de los pares académicos. Por lo tanto, se propone un criterio más amplio, ligado a la redistribución de los resultados alcanzados, su impacto en el contexto y su capacidad para dinamizar el cambio social. Esta idea se sustenta en un postulado básico de la complejidad social y el pensamiento complejo, según el cual, todo sistema, en este caso la universidad, debe devolver algo al entorno en que se desenvuelve.

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